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Leandro Guillén Barba, presidente de Alcoa-Inespal
Inespal lleva tres años integrado en el mayor grupo de aluminio mundial: Alcoa (Aluminium Company of America). Sus resultados hasta el momento son excelentes. Sin un proceso de privatización previo pasó de la mano de la Sepi a la compañía estadounidense por más de 50.000 millones de pesetas, deudas incluidas. En una entrevista reciente en el suplemento semanal de Economía del diario ABC, Leandro Guillén Barba reflexiona sobre la más reciente historia de la compañía.
“El proceso de privatización del antiguo grupo Inespal era una necesidad imperiosa” señala Guillén Barba, para quien no tenía opción posible que un grupo de esas dimensiones pudiera quedarse aislado ante los diferentes proceso de privatización que la industria estaba llevando a cabo en todo el mundo.
A la pregunta sobre la evolución de la empresa, su presidente se muestra contento, ya que según él, las perspectivas se han cubierto con creces desde el punto de vista de acceso a la tecnología. “Todas las operaciones en España se están, sistemáticamente, beneficiando de poder compartir saberes y desarrollos que a nivel mundial se están produciendo dentro de Alcoa y que no son hechas a través de poder copiar sino de poder participar”.
En cuanto al presente y futuro de la compañía y a su posición en Europa, Guillén Barba señala que lo que se ha pretendido dentro de la empresa es la especialización de fábricas. Se trata de maximizar los recursos y de que cada fábrica en cada país realice aquello para lo que está mejor dotada, de manera que ese sea el factor principal de la integración en una gran compañía con contenido global. Su intención será seguir creciendo en aquellas áreas donde se pueda seguir asegurando la creación de valor para los accionistas. En Europa, Alcoa factura 8 billones de pesetas, cifra que quieren ampliar no sólo en nuestro continente sino también a nivel global.