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Avelino Corma y Fernando Rey han desarrollado en el Instituto de Tecnología Química de Valencia una nueva técnica en torno al mineral boggsita, una investigación que supone un paso más en la mejora de la eficiencia y reducir la contaminación de reacciones químicas industriales, “un avance hacia la química verde”, según los investigadores.
Hacía más de veinte años que cuatro investigadores de Estados Unidos anunciaron el descubrimiento de este mineral con propiedades extraordinarias, y desde entonces químicos de todas las potencias científicas habían intentado sintetizarlo en laboratorio.
Corma y Rey explican que se trata de un mineral que se encuentra en cantidades muy pequeñas en la naturaleza y que tiene propiedades muy interesantes para la industria, “si lo producimos en cantidades apreciables en laboratorio puede resultar muy útil”. Su interés reside en que tiene poros del tamaño de moléculas, por lo tanto, se puede hacer pasar moléculas a través de estos poros. Y, lo más importante, tiene poros de tamaños distintos.
Ambos científicos destacan la importancia de esto porque se pueden dirigir las reacciones químicas hacia donde se quiera, ganar eficiencia y generar menos residuos. “La clave está en que se puede establecer un control de tráfico molecular: imagine que los poros grandes son como autopistas para las moléculas y los poros pequeños son carreteras comarcales, con la boggsita podemos controlar por qué poro pasa cada molécula”, señalan los investigadores.