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En un mundo que exige cambios urgentes, hablar de sostenibilidad sin hablar al mismo tiempo de innovación, implicaría quedarnos a mitad de camino. Por otro lado, hablar de innovación sin vincularlo a aspectos éticos o ecológicos, sería simplemente avanzar sin brújula. La pregunta del millón es ¿cómo trasladar estas conversaciones complejas al día a día de los equipos? ¿Cómo activarlas, motivar y comprometer, de forma auténtica, sin caer en discursos corporativos vacíos, reuniones interminables y mucho bla bla? La respuesta está, curiosamente, en un aspecto en el que no siempre se piensa: el juego serio. ¿Le sorprende?
Como Facilitadora Certificada en LEGO Serious Play, he acompañado a diversas empresas y organizaciones en procesos donde la sostenibilidad y la innovación no se definen desde el PowerPoint, ni desde reuniones tradicionales, sino desde las manos y la conexión mano-cerebro. Cuando un equipo construye lo que imagina, y participa el 100% de sus miembros, explora nuevas posibilidades, conecta ideas dispares, adquiere nuevas perspectivas y pone en marcha algo esencial para el cambio: la inteligencia y el conocimiento colectivos.
LEGO Serious Play no es solo una dinámica creativa. No se trata de jugar y pasar un buen rato. Es una metodología estructurada, con base científica, que permite construir modelos, contar historias, conectar diferentes perspectivas y visualizar juntos futuros posibles. Es precisamente durante ese proceso cuando la innovación y la sostenibilidad dejan de ser conceptos abstractos y se transforman en experiencias concretas.
En una sesión reciente, un equipo representó su visión de la empresa sostenible e innovadora como una estructura viva, en movimiento: con raíces que simbolizaban valores firmes, puentes que conectaban con el entorno social, y plataformas móviles desde donde lanzar nuevas ideas. Nada de eso se había planificado. Fueron ideas, perspectivas y soluciones compartidas que emergieron durante el proceso del juego serio, del diálogo, del construir juntos.
La innovación auténtica nace del permiso para pensar diferente, y la sostenibilidad cobra realmente fuerza cuando se vuelve un compromiso compartido. El juego serio tiene la facultad de activar ambos: de romper por ese lapso de tiempo con las jerarquías establecidas y de liberar la creatividad y de convertir a cada participante en parte activa de la solución.
Para innovar con propósito, primero hay que imaginarlo. Además, y por si fuera poco, cuando la conexión mano-cerebro entra en juego, lo hacemos real con el corazón.
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Este artículo aparece publicado en el nº 10 de Metales&Máquinas pág. 29.