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AMDPress.- Acerías Paz de Río, la única siderúrgica integrada de Colombia, protegida por el Estado desde su creación pese a ser una compañía de privada, intenta recuperar su viabilidad económica con un acuerdo laboral suscrito ayer. El presidente de Colombia, Alvaro Uribe, quien asistió a la firma del acuerdo en Boyacá, señaló que dicha reestructuración de la convención colectiva es el mejor ejemplo de un sindicalismo que hace tránsito hacia la participación empresarial.
"El camino no es la lucha de clases, ni la violencia, ni es el odio, es que en el sector empresarial haya una reflexión en favor de la solidaridad y una reflexión para abrazar la causa del sindicalismo empresarial", dijo el mandatario en Belencito, a 190 kilómetros al noreste de Bogotá. Uribe confió en que el sacrificio de los trabajadores sirva para salvar la Paz de Río, y confió en que el experimento salga adelante.
Con el acuerdo, firmado por los representantes de la empresa, los trabajadores y los pensionados, se espera salvar esa compañía, que antes de su creación, a mediados del siglo pasado, fue considerada como no viable por el naciente Banco Mundial. Cerca de 2.500 trabajadores y unos 5.100 pensionados de Paz de Río renunciaron a la convención y firmaron un nuevo acuerdo laboral.
Ellos pasarán de tener el 14,5 por ciento de la propiedad de la empresa a contar con el 43 por ciento de la misma.
Los otros grandes accionistas son los estatales Instituto de Fomento Industrial, que queda con el 9 por ciento, y el Instituto Financiero de Boyacá, con el 21 por ciento. La compañía atraviesa, desde la década de los 80, por una crisis crónica, con una deuda actual de 155 millones de dólares, unas pérdidas acumuladas de 101 millones, frente a lo que dispone, de un patrimonio de 114 millones de dólares. En 1995, la empresa se acogió a la ley de quiebras y, en el 2000, recurrió a la de reestructuración económica, menos rígida pero más expedita y drástica.