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El gigante siderúrgico brasileña Companhia Siderúrgica Nacional (CSN) ha cancelado la compra de activos en cinco empresas participadas por el Grupo Alfonso Gallardo por más de 900 millones de euros. CSN explica en un comunicado que su subsidiaria CSN Steel ha rescindido “el contrato de adquisición de acciones firmado el 19 de mayo de 2011 con el Grupo Alfonso Gallardo debido a incumplimientos contractuales” por parte de la firma española.
Dicho contrato preveía la adquisición de la participación que el grupo Alfonso Gallardo posee en las empresas Cementos Balboa, Corrugados Azpeitia, Corrugados Lasao, Stahlwerk Thuringen y Gallardo Sections, por un montante aproximado de 970 millones de euros.
La reacción del grupo español no se ha hecho esperar, y ha acudido de forma inmediata a la Corte Arbitral tras lo que considera un "incumplimiento" por parte de la CSN del acuerdo de compraventa firmado el pasado mes de mayo y aprobado el pasado mes de julio por las autoridades de la competencia europeas.
En un comunicado, el Grupo Gallardo explica que ya formuló el pasado 17 de agosto una solicitud a la Corte Arbitral reclamando un laudo por el que se obligue al grupo brasileño a "cumplir el contrato de compraventa acordado".
El Grupo Gallardo entiende que CSN "no ha respetado" sus compromisos contractuales por lo que "no ha tenido más remedio" que iniciar la vía arbitral para exigir tanto el cumplimiento del contrato "como la indemnización por daños y perjuicios que le corresponda".
El acuerdo que se alcanzó después de un año de negociaciones suponía el salto definitivo para CSN a Europa, donde cuenta con una presencia limitada, a través de la siderúrgica portuguesa Lusosider, ubicada en Portugal.
El grupo español, que ha sufrido la dura crisis del sector de la construcción en España en los últimos años, necesita desprenderse de activos para reforzar su posición financiera. De hecho, le pasado mes de julio, Alfonso Gallardo puso a la venta dos de sus plantas ubicadas en Jerez de los Caballeros (Badajoz), una de galvanizado y pintado y otra de decapado, laminado en frío y recocido, con el objetivo de "liquidar lo antes posible" su deuda financiera, "ocasionada por la actual crisis", según informó la compañía en un comunicado.
El precio fijado para estas plantas es de 125 millones de euros y "se puede estudiar y negociar la venta por separado", según añade el grupo, que apunta que ambas tienen "liquidados totalmente" a sus correspondientes proveedores y están "libres de cualquier carga financiera o de otra índole".
Recordemos además que Siderúrgica Balboa, una de las principales empresas del grupo, presentó un expediente de regulación de empleo (ERE) para 237 trabajadores, el 28% de la plantilla, en 2010, tras un ejercicio en el que el grupo sufrió los efectos de la crisis y entró en números rojos.