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AMDPress.- El caudal del río Besaya ha vuelto a beneficiarse del agua procedente de la filtración subterránea en la extinta mina de Asturiana de Zinc, S. A. (AZSA) en Reocín que durante décadas, y hasta que cesó el bombeo en noviembre de 2004, contribuyó a que el río no acusase los periodos de estiaje.
Aunque en menor cantidad que antes, ahora llegan unos 350 litros por segundo, frente a los 1.200 litros por segundo en la etapa de actividad minera, el cauce del Besaya se enriquece de nuevo con el agua excedente del nivel máximo fijado para el lago artificial en el que se ha convertido el gigantesco 'agujero' (el zanjón) de la extinta explotación a cielo abierto. Y es que, como se había previsto en los estudios realizados antes de que AZSA recibiera autorización para cesar los bombeos desde las galerías, es por este lugar por donde aflora el agua que dejó de extraerse mecánicamente, una vez ya completamente inundados los pozos y las galerías de la agotada mina de Reocín.
El reencuentro de este agua con el Besaya, después de 16 meses (desde noviembre de 2004 hasta finales de marzo de 2006) se ha producido una vez operativos tres grandes tanques de decantación para su depuración, previo achique con unas bombas que junto a una red de tuberías han sido igualmente instaladas por la compañía. Esta nueva infraestructura funcionará 24 horas diarias durante los 365 días del año y del mantenimiento, gasto en electricidad y reactivos, se hace cargo la empresa.
Los expertos aseguran que es un agua de mayor calidad al no llevar sólidos en suspensión tanto porque se decanta antes de su vertido al río como porque al haberse reducido el caudal a la cuarta parte ahora baja más suave.
Desde la Consejería de Medio Ambiente se informó a comienzos de 2006 que se está cumpliendo con las prescripciones que hicieron tanto el Gobierno de Cantabria como la Confederación Hidrográfica del Norte (CHN) cuando se autorizó el cese del bombeo mecánico mediante el que se extraía el agua de la mina. De igual forma, se ha recordado que la empresa AZSA realiza controles diarios del nivel que va alcanzando el agua y de su calidad, actuaciones que supervisan la Consejería, el Instituto Geológico Minero de España y la Confederación.
La mina de Reocín cerró en marzo del año 2003, por agotamiento, y el bombeo del agua desde el interior de sus galerías dejó de hacerse en el mes de noviembre de 2004.