Revista
La falta de acuerdo amenaza el futuro del centro de Museros y sus 226 empleos, según la dirección en España
Más de la mitad de la plantilla de Kamax, el mayor fabricante de España de tornillería para la industria del automóvil, ha rechazado el acuerdo de flexibilidad que aseguraría el volumen de trabajo actual, la creación de puestos de trabajo y garantizaría la continuidad de esta empresa ubicada en Museros (Valencia).
El resultado del referendum, que ha contado con una participación del 91% del total de 226 trabajadores, ha sido de un 52% en contra, y 48% a favor.
El Comité de Empresa de Kamax está compuesto por seis representantes sindicales de CC.OO-PV, cinco del Sindicato de Trabajadores del Metal - Intersindical Valenciana (STM-Iv) y dos del CSI-CSIF. Los delegados del CC.OO. y CSIF apoyaron y firmaron el pre-acuerdo tras seis meses de negociación, y el STM estuvo en contra.
“Los delegados de STM declinaron participar en las negociaciones del acuerdo, pero sí que han influido en los trabajadores para que voten en contra no presentando ninguna alternativa válida. Estos representantes sindicales manifestaron su negativa a modificar ninguna condición en la organización aunque las exigencias del mercado así lo requieran”, explica la dirección de la compañía en España.
Como consecuencia de este resultado negativo, la central del Grupo Kamax en Alemania amenaza con no invertir los dos millones de euros previstos para mejorar la capacitación del personal y adquirir una nueva prensa para fabricar tornillos. “Además se perderán los pedidos de piezas valorados en cuatro millones de euros que se trasladan a las otras plantas del Grupo”, añaden desde la dirección.
Esto supondrá un descenso de las ventas en la planta de Museros del 3% en 2011, que se suma a la caída del 40% experimentada en 2009 por la crisis. Una situación que se verá agravada en los siguientes años, al no poder reemplazar con pedidos nuevos aquellas piezas que se perderán por dejar de montarse en los nuevos modelos de automóviles que aparezcan.
El principio de acuerdo introducía fórmulas como la Cuenta de Horas para alcanzar un mayor nivel de flexibilidad y productividad, que permitiesen a Kamax adaptarse con rapidez, y sin costes extra, a las fluctuaciones en los pedidos de sus clientes. La Cuenta de Horas para cada empleado es un mecanismo que consiste en incrementar las horas de trabajo cuando hay puntas de producción, y en disminuirlas cuando se reduce, sin que esto afecte al salario fijo de los trabajadores. La empresa se compromete a compensar los periodos de alta carga de trabajo (sin acudir masivamente a las horas extras), con los de baja carga (minimizando las cancelaciones de contratos, y el recurso a los ERE’s).
La dirección de Kamax España espera que, en breve, se reconsidere esta propuesta ya que es la única opción que puede garantizar la viabilidad de la planta de Museros, y evitar que la central alemana del Grupo adopte decisiones que sean irreversibles.