Revista
En el último año Brasil recuperó 14.000 millones de latas de aluminio, con una tasa del 96,5%, llevándose el título de campeón mundial de reciclaje de latas de aluminio, por noveno año consecutivo.
Según el coordinador de reciclaje de la Asociación Brasileña de Aluminio (Abal), Henio di Nicola, las claves del éxito del país brasileño en este ámbito son “en primer lugar, la formación de una cadena bien estructurada e independiente de subsidios gubernamentales, donde todos los participantes son remunerados por el mismo valor del aluminio; y, en segundo lugar, la elaboración de programas sociales de educación ambiental dirigidos a la población”. Asimismo, destaca la disposición de más de 180.000 personas que, a diario, se dedican a recoger estos envases por todo el país.
Tal y como explica Di Nicola, por 15 Kg de aluminio se les ofrece a estas personas 30 reales, lo que equivale a unos 17 dólares. “Así pues, además de alimentar a más de 180.000 familias, esta actividad mantiene, a su vez, el negocio de los dueños de los depósitos. El alto valor del aluminio permite, entonces, ganancias a todas las partes del proceso”, explica.
Desde los almacenes, las latas son transportadas a las grandes industrias por los transportistas, que también participan en la cadena, donde este metal es reciclado, manteniendo el 95% de sus características químicas originales. Por esta razón, su reciclaje permite ahorrar los costes derivados de la energía eléctrica requerida en los procesos de producción a partir de material virgen y de la extracción de bauxita, además del beneficio que supone para la población brasileña.
Además, las latas de aluminio son también un ejemplo de benchmarking o evaluación comparativa para otros materiales de los que se están desarrollando los procesos de reciclaje.
Sin embargo, di Nicola recordó que en Brasil existen, aún, pocas políticas con respecto a la gestión de residuos. A comienzos de este año, en Río de Janeiro los desechos urbanos fueron uno de los principales motivos de las inundaciones de la ciudad, y las tasas relativas al reciclaje de papel, las cuales se sitúan en el segundo lugar del ranking de los materiales más reciclados en este país, son del 79,6%, una diferencia considerable con las tasas relativas al aluminio.