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La Asociación Americana de Industrias Robóticas (RIA) ha otorgado a Esben Ostergaard, fundador y actualmente director técnico de Universal Robots, fabricante especializado en robots colaborativos, el Premio Engelberger Robotics 2018, también conocido como “Premio Nobel” de la Robótica. El directivo se ha alzado con el galardón por encabezar el desarrollo de los brazos robóticos colaborativos de Universal Robots. El Premio será entregado en el marco de la feria europea de automatización y mecatrónica Automatica 2018 y del Simposio Internacional de Robótica que tendrá lugar el miércoles 20 de junio en Munich, Alemania.
El presidente de la Asociación Americana de Industrias Robóticas, Jeff Burnstein, ha calificado al fundador de Universal Robots de visionario a la hora de definir una nueva categoría de robótica, señalando que "su trabajo en el campo de las aplicaciones robóticas colaborativas ha permitido a los robots entrar en sectores antes impensables en casi todas las industrias. Robots que trabajan codo con codo con la gente, fáciles de usar y que han creado un enorme interés entre muchas pequeñas y medianas empresas que nunca antes habían considerado los robots".
Esben Ostergaard ha explicado que “queremos volver a poner el control de la automatización industrial en manos de los operadores. En lugar de sustituir a las personas, queremos darles una herramienta para que desempeñen su trabajo de forma más eficiente. Queremos que dejen de trabajar como robots y se conviertan en programadores de robots y así puedan realizar más tareas de valor añadido. Lograr esto quizás sea el mejor resultado a largo plazo derivado del aprovechamiento de los robots colaborativos".
Ostergaard lidera un equipo de desarrolladores que se ha convertido en el primero en lanzar una programación de robots que ha permitido a usuarios sin experiencia previa en programación configurar y operar los robots UR. También han desarrollado las características de control de fuerza y seguridad del robot para garantizar que si éste robot choca con una persona, deje de funcionar automáticamente y no cause daños corporales. Estas características han eliminado la necesidad de vallas de seguridad en la gran mayoría de las aplicaciones de robots UR actualmente instaladas (el 80% de los 24.000 robots instalados no tienen valla).