Revista
“El acero es la industria base de otras industrias”. Así ha mostrado Bernardo Velázquez, presidente de Unión de Empresas Siderúrgicas, Unesid, la importancia de la siderurgia en nuestro país. La entidad ha destacado, en el marco de su Junta General 2025, que la industria siderúrgica española afronta este año una "encrucijada clave". A pesar de algunos signos de recuperación en producción y consumo, el sector opera en un entorno internacional crecientemente adverso, marcado por el retorno del proteccionismo, el encarecimiento energético, la aceleración de la transición ecológica y una presión competitiva creciente desde terceros países. Bernardo Velázquez y Carola Hermoso, directora general de la asociación, ha celebrado una rueda de prensa previa al inicio de la Junta.
Por su parte, Jordi Hereu, ministro de Industria, acompañado por Rebeca Torró, secretaria de Estado de Industria, ha anunciado, durante la Junta General de Unesid, que el Consejo de Ministros ha autorizado la convocatoria de subvenciones correspondiente a 2025 para compensar los costes indirectos de emisiones de CO2, por un importe de 600 millones de euros. Se trata de subvenciones dirigidas a los sectores y subsectores industriales expuestos a un riesgo de ‘fuga de carbono’, “y estamos ante una cifra histórica”, ha señalado el ministro.
El titular de Industria ha querido recordar que “tenemos muy claro que la transición hacia una economía climáticamente neutra solo será exitosa si es también una transición justa. Una transición que no deje a nadie atrás, y que acompañe a quienes, como vosotros, hacéis posible cada día que el acero español siga siendo sinónimo de calidad, innovación y empleo”. Hereu ha concluido señalando que el acero “es una industria esencial y estratégica. Estamos ante un sector que tenemos que desarrollar, defender y que es crucial”.
Unesid subraya que el acero es fundamental para garantizar la autonomía estratégica de Europa en sectores clave como la energía, la movilidad, la defensa o las infraestructuras. “Estamos en un momento crítico para el sector porque ha cambiado el paradigma. Necesitamos alcanzar la autonomía estratégica, pero sin más medidas de apoyo a la industria, estamos lejos de conseguirla”, ha destacado Velázquez. Para lograrlo, insiste en la necesidad de una política industrial europea sólida, precios energéticos predecibles, instrumentos eficaces de defensa comercial y un compromiso real con una transición justa. El acero español está preparado para liderar este camino, pero requiere un respaldo político e institucional que le permita seguir siendo competitivo, sostenible y generador de empleo.
En 2024, el consumo de acero en España creció un 6,5%, hasta alcanzar los 13,5 millones de toneladas, impulsado principalmente por el notable aumento de las importaciones extracomunitarias, que llegaron a su nivel más alto desde 2007 y representan ya más de un tercio del consumo nacional. En paralelo, el consumo aparente per cápita alcanzó los 280 kg por habitante, situándose en niveles que no se registraban desde antes de la pandemia.
La producción nacional también repuntó un 3,7%, hasta los 11,9 millones de toneladas, mientras que las exportaciones se estabilizaron en torno a los 7,7 millones de toneladas, frenando así las caídas de los dos años anteriores. No obstante, se observó una creciente concentración de las exportaciones en mercados europeos, como respuesta al aumento de barreras arancelarias en países como Estados Unidos y Turquía. De hecho, las exportaciones extracomunitarias cayeron un 8%, mientras que las intracomunitarias crecieron un 5%.
Esta tendencia positiva se consolida en el primer trimestre de 2025, con un crecimiento del 11,2% en la producción de acero durante el primer trimestre respecto al mismo periodo del año anterior, alcanzando 3,28 millones de toneladas. Además, las exportaciones crecieron un 4,1% interanual en el mismo periodo, impulsadas por una mejora en la demanda de productos planos en el norte de Europa y una reactivación parcial del mercado italiano.
En términos de estructura comercial, el saldo exterior se mantiene positivo, pero con una balanza cada vez más ajustada debido a la presión de las importaciones extracomunitarias, que siguen creciendo a doble dígito en el arranque de 2025. Paralelamente, el sector sigue liderando la economía circular, con 9,4 millones de toneladas de chatarra recicladas, lo que equivale al 80% del acero producido en España.
Sin embargo, el crecimiento del sector está condicionado por factores estructurales que amenazan su competitividad, entre ellos la competencia desleal y unos costes energéticos elevados. En palabras de Carola Hermoso, directora general de Unesid: “El sector ha demostrado capacidad de adaptación, pero no puede afrontar en solitario los efectos de una competencia desleal ni de unos costes energéticos que siguen sin resolverse”.
El coste energético sigue siendo una de las mayores barreras para la industria. La reciente derogación del descuento del 80 % en los peajes eléctricos supone un sobrecoste de más de 40 millones de euros anuales para las empresas siderúrgicas, que consumen unos 10 TWh al año. Según Hermoso, “en España soportamos unos costes de producción del acero dos o tres veces superiores a los de nuestros competidores, como Francia o Alemania. Urge reducir la factura eléctrica mediante peajes justos y costes eficientes si queremos mantener la actividad y el empleo”. Por ello, Unesid ha reclamado una revisión profunda del Estatuto del Consumidor Electrointensivo, dado que el actual marco no garantiza tarifas competitivas para la industria.
Carola Hermoso ha querido recordar que la industria necesita la aprobación de más instrumentos que impulsen la transición ecológica. “Tenemos ya los PERTE, pero necesitamos otras herramientas como los contratos por diferencias o la aprobación de la masa máxima de camiones”, ha señalado.
La decisión reciente de Estados Unidos de duplicar el arancel sobre el acero europeo, hasta el 50%, ha afectado directamente a las exportaciones españolas, que superaron las 250.000 toneladas en 2024, provocando cancelaciones y la paralización de nuevas operaciones. Ante esta situación, el presidente ha hablado sobre un "cierre total del mercado estadounidense". La asociación alerta sobre el riesgo del desvío de excedentes globales hacia Europa, con el consiguiente ingreso de acero producido sin respetar estándares ambientales y sociales. Así, Carola Hermoso ha señalado que en los primeros meses de 2025 “percibimos más importaciones desde terceros países. No tenemos certeza de que sea un efecto provocado por los aranceles, pero creemos que probablemente sí responde a estas medidas”.
Para evitar la desindustrialización y la deslocalización pasiva, Unesid pide un instrumento de defensa comercial permanente y eficaz, y medidas más contundentes. El presidente de Unesid advierte que “Europa corre el riesgo de verse inundada de acero mundial no sostenible si no actúa ya”. Asimismo, ha querido posicionarse acerca del futuro de las empresas españolas del sector. “Estamos en un momento crítico en toda la siderurgia europea, y será peor, porque en 2026 finalizan las medidas de salvaguardia. No han sido eficaces, pero no podremos resistir sin ellas. La industria europea necesita medidas y ayudas urgentes para afrontar el reto de la descarbonización y para competir contra otros países que no cumplen las reglas del juego”. A este respecto, el ministro Hereu ha señalado que, una vez que desaparezcan las medidas de salvaguarda, “tendremos que impulsar unas medidas europeas de protección firmes y competitivas, ya que la geopolítica influye ya en la política comercial de forma directa”.
En su conferencia durante la Junta General, Jorge Dezcallar, ex embajador de España en Estados Unidos y ex director del CNI, describió un momento histórico de gran incertidumbre: “Estamos al final de la era geopolítica que comenzó en 1945, basada en el multilateralismo, el liberalismo y la economía de mercado, que nos ha dado 80 años de paz y progreso”. Señala que, si bien China y Rusia lideraban hasta ahora el esfuerzo por poner fin a ese orden, “la novedad es que los Estados Unidos bajo Donald Trump se han sumado a esta dinámica”. Como resultado, vivimos “una década peligrosa” marcada por tres rupturas simultáneas: tecnológica, normativa y estratégica, que plantean importantes retos para el futuro global.
Unesid destaca la importancia de avanzar en la descarbonización con objetivos técnicos y económicamente viables, evitando que la transición ecológica conlleve un desmantelamiento industrial. Propone fomentar la demanda de productos bajos en carbono mediante criterios obligatorios de sostenibilidad en la contratación pública y la incentivación de la compra privada de acero verde, además de reforzar el principio “Buy European” para priorizar el consumo de productos industriales europeos en sectores estratégicos.
Por otra parte, el sector siderúrgico ha experimentado un crecimiento en el empleo femenino, que ha pasado del 7,7% en 2016 al 10% en 2023, superando la tendencia global negativa del empleo femenino en la industria. Además, un 46% de las mujeres en el sector cuentan con formación STEM y el 37% ocupan cargos directivos. Sin embargo, persisten desequilibrios importantes, con solo el 7% de las mujeres trabajando en áreas operativas. Pese a ello, existe una concentración mayoritaria en edades jóvenes, lo que muestra que el talento joven elige este sector para crecer como profesional. Hermoso resalta que “retener y desarrollar el talento femenino es esencial si queremos seguir apostando por una industria moderna, inclusiva y sostenible”. Para ello, Unesid promueve iniciativas como #MujeresDeAcero o SteelChallenge España, orientadas a visibilizar el papel de la mujer y formar a la próxima generación de profesionales.