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M&M Digital.- La innovadora planta de Tratamiento Mecánico Biológico (TMB), inaugurada recientemente en Bilbao (Vizcaya), cuenta con cinco unidades de Titech Autosort, equipos equipos avanzados de clasificación por sensores de cercano infrarrojo, que permiten identificar y separar eficaz y rápidamente los materiales valorizables contenidos en el flujo de residuos que recibe la planta.
Las unidades de Titech Autosort para la clasificación óptica de los residuos están dotadas de un sensor de espectrometría de cercano infrarrojo (NIR), que permite reconocer y clasificar gran cantidad de materiales en función del tipo de polímero y de su composición, desde cartón para bebidas (brik) hasta diversos tipos de plástico como el PET (Polietileno Tereftalato) y el PEAD (Polietileno de alta densidad), obteniendo fracciones de un grado de pureza muy elevado.
En la TMB de Bilbao, las Titech Autosort se han configurado para trabajar en dos líneas de proceso, con una capacidad de 3,5 Tn/h por cada línea de rodantes. Una vez que los residuos han pasado por las cribas rotativas (trómeles) y por los separadores balísticos, son transportados por las líneas de rodantes para su clasificación automática.
Una planta pionera en TMB
La nueva planta de TMB de Bilbao tiene 23.000 m2 de superficie y capacidad para tratar 180.000 Tn anuales de la fracción resto de los residuos sólidos urbanos (RSU).
Esta innovadora infraestructura es la primera de sus características en España y está considerada como una de las instalaciones más modernas de Europa. El proyecto ha supuesto una inversión de 43,4 millones de euros y queda integrado en el ecoparque formado por la incineradora de Zabalgarbi, la planta de compostaje y el depósito de Artigas.
Inicialmente esta planta tratará los residuos de la ciudad de Bilbao, pero está previsto que en 2014 lleguen a ella la mayoría de las basuras domésticas de Vizcaya.
La TMB de Bilbao usa una tecnología moderna de pre-tratamiento de los RSU, que combina la clasificación y tratamiento mecánico y el tratamiento biológico de la parte orgánica de los residuos. La meta principal es recuperar materiales para el reciclaje, la valorización térmica en forma de un combustible biogénico, por un lado, y en forma de combustible sólido recuperado (CSR), por otro, minimizando así el rechazo al depósito de Artigas.